Qué ver en Lausana
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Cosas que ver en Lausana
Lausana no solo destaca por su belleza, sino también por el carácter vibrante de una ciudad joven y culturalmente activa. Caminar por sus calles empinadas es encontrarse con cafés llenos de vida, arte urbano inesperado y miradores hacia el lago Léman. Una de las cosas más agradables es pasear por Ouchy, el barrio junto al lago, donde puedes disfrutar de la brisa, ver los cisnes y sentarte en terrazas con vistas a los Alpes franceses.
Para los curiosos, el arte y la cultura están muy presentes, con esculturas al aire libre, pequeñas galerías independientes y una programación constante de espectáculos. En Lausana también es posible explorar viñedos sin salir de la región: los de Lavaux, declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, están muy cerca y ofrecen una experiencia única entre naturaleza y tradición vinícola.
Además, es fácil notar que Lausana respira deporte, no solo por ser sede del Comité Olímpico Internacional, sino por su ambiente activo y saludable. Caminar, correr o simplemente disfrutar al aire libre es parte del día a día. Y si se busca una experiencia distinta, basta con subirse al metro automático —el único de Suiza— y dejarse llevar por esta ciudad que combina elegancia, energía y un encanto suelto y auténtico.


Lugares que ver en Lausana
Lausana es una ciudad que invita a descubrirla paso a paso. Uno de sus sitios más emblemáticos es la Catedral de Lausana, considerada una de las más bellas del gótico en Suiza. Desde allí, el casco antiguo se despliega con callejuelas adoquinadas, plazas tranquilas y edificios históricos. Cerca, el Castillo de Saint-Maire se impone sobre una colina, ofreciendo vistas magníficas del lago y la ciudad.
El paseo junto al lago Léman es imprescindible. En Ouchy, el barrio lacustre, puedes relajarte en sus jardines, visitar el Museo Olímpico o subirte a un barco para recorrer el lago. Muy cerca se encuentra el moderno edificio de Plateforme 10, un distrito cultural donde el arte contemporáneo convive con la fotografía y el diseño.
Para vistas panorámicas, nada como el mirador de Sauvabelin, una torre de madera en medio de un parque que domina la ciudad y los Alpes. Y si hay tiempo para una escapada, los viñedos de Lavaux, a pocos minutos, son una experiencia inolvidable entre terrazas, vino y paisajes de postal.

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1. La Catedral de Lausana
La Catedral de Lausana, dedicada a Nuestra Señora, es una joya del gótico europeo y uno de los monumentos más imponentes de Suiza. Construida entre los siglos XII y XIII, su fachada austera contrasta con la riqueza de detalles en su interior, donde destacan las vidrieras medievales y el magnífico rosetón. Uno de sus elementos más singulares es la puerta pintada, decorada con esculturas policromadas que aún conservan parte de su color original.
Subir los más de 200 escalones de su torre recompensa con una de las mejores vistas panorámicas de Lausana, el lago Léman y, en días despejados, los Alpes al fondo. Desde hace siglos, un vigía nocturno aún anuncia las horas desde lo alto, manteniendo viva una tradición única en Europa. Además, el órgano moderno instalado en el templo es famoso por su tamaño y calidad acústica, convirtiendo a la catedral en sede de importantes conciertos.
La plaza que la rodea es tranquila y fotogénica, ideal para detenerse y admirar los detalles arquitectónicos. A su alrededor se despliegan calles con encanto, escaleras antiguas y cafés con vistas.

2. El Castillo de Saint-Maire
El Castillo de Saint-Maire se alza con carácter sobre una colina al norte del centro histórico de Lausana. Construido entre 1397 y 1425 como residencia de los obispos de Lausana, este edificio de ladrillo rojizo destaca por su sólida arquitectura medieval y su distintiva torre cuadrada, visible desde varios puntos de la ciudad. Aunque ha pasado por varias transformaciones, su esencia fortificada se mantiene intacta.
Desde el siglo XIX, el castillo es la sede del gobierno del cantón de Vaud, lo que limita el acceso al interior, pero su imponente exterior y su contexto histórico siguen siendo motivo de interés. Pasear por los alrededores permite apreciar su integración en el paisaje urbano, entre calles empedradas, jardines discretos y vistas al lago Léman.
Además de su valor arquitectónico, el Castillo de Saint-Maire es un símbolo del poder civil y religioso que moldeó Lausana durante siglos. La zona que lo rodea es tranquila y perfecta para paseos que conectan con otros puntos del casco antiguo, como la Catedral o el Palacio de Rumine. Una visita imprescindible para quienes buscan sumergirse en la historia local.

Lausana tiene ese equilibrio perfecto entre historia medieval y modernidad suiza.
Lucas Morel
3. Plateforme 10
Plateforme 10 es uno de los espacios culturales más innovadores de Lausana, un punto de encuentro para los amantes del arte moderno, la fotografía y el diseño. Este distrito artístico se ubica en un antiguo recinto ferroviario transformado en un complejo contemporáneo que reúne tres instituciones clave: el Museo Cantonal de Bellas Artes (MCBA), el Museo de Diseño y Artes Aplicadas Contemporáneas (mudac) y el Museo de la Fotografía de l’Elysée.
Más que una simple zona de museos, Plateforme 10 se ha concebido como un verdadero campus cultural, con amplios espacios abiertos, zonas para eventos y cafeterías donde se respira creatividad. El diseño arquitectónico, minimalista y elegante, dialoga con las obras que alberga, creando una experiencia visual en todos los sentidos.
Es un lugar donde lo local y lo internacional se cruzan: exposiciones de artistas suizos comparten protagonismo con figuras globales. Si visitas Lausana y te interesa el arte contemporáneo o simplemente buscas algo distinto, Plateforme 10 es una parada imprescindible.

4. El Museo Olímpico
El Museo Olímpico de Lausana es uno de los espacios culturales más emblemáticos de la ciudad y un lugar imprescindible para los amantes del deporte y la historia. Situado junto al Lago Lemán, ofrece una experiencia inmersiva que recorre la evolución de los Juegos Olímpicos desde la antigua Grecia hasta la era moderna.
A través de exposiciones interactivas, objetos históricos, antorchas, medallas y uniformes originales, el museo muestra cómo el espíritu olímpico ha influido en la sociedad y en el deporte. Además, se exploran los valores de excelencia, respeto y amistad que definen el movimiento olímpico.
El edificio en sí, moderno y rodeado de jardines escénicos, ofrece también vistas espectaculares del lago. La visita se complementa con instalaciones audiovisuales, simuladores y una zona dedicada a los Juegos Paralímpicos. Como sede del Comité Olímpico Internacional, Lausana ha sabido reflejar en este museo la esencia del olimpismo, convirtiéndolo en un lugar que inspira tanto a deportistas como a visitantes de todas las edades.
5. El mirador de Sauvabelin
El mirador de Sauvabelin, conocido como la Torre de Sauvabelin, es uno de los rincones más especiales de Lausana para disfrutar de vistas panorámicas. Construida completamente en madera, esta torre de 35 metros de altura se eleva en medio del bosque de Sauvabelin, ofreciendo una experiencia única al combinar naturaleza y arquitectura.
Subir sus escaleras en espiral es toda una experiencia, y al llegar a la cima, el esfuerzo se ve recompensado con una espectacular vista de 360 grados que abarca el Lago Lemán, la ciudad de Lausana, los Alpes y el Jura. La estructura, sostenible y ecológica, es además un ejemplo del compromiso de la ciudad con la preservación del entorno natural.
Rodeada por senderos y zonas verdes, la torre es ideal para un paseo tranquilo, y su cercanía al Lago de Sauvabelin la convierte en una excursión perfecta para familias. El mirador de Sauvabelin es uno de esos lugares que combina lo simple con lo memorable, y permite ver Lausana desde una perspectiva distinta, en plena conexión con la naturaleza.

Qué ver en Lausana en un día
Si solo tienes un día para visitar Lausana, puedes descubrir una buena parte de su encanto combinando cultura, historia y vistas al lago. Comienza la jornada en la Catedral de Lausana, una joya gótica situada en lo alto de la ciudad, con una vista espectacular del casco antiguo. Desde allí, baja caminando por las calles medievales del centro histórico hasta llegar a Place de la Palud, donde podrás ver el pintoresco reloj mecánico y sumergirte en el ambiente local.
Continúa hacia Plateforme 10, el moderno distrito cultural que alberga varios museos de arte contemporáneo e histórico. Después, acércate a la orilla del Lago Lemán para disfrutar de un paseo relajado por el Parque Olímpico y visitar el fascinante Museo Olímpico, que recorre la historia de los Juegos con una experiencia interactiva.
Termina el día subiendo a la Torre de Sauvabelin, un mirador de madera que ofrece una panorámica completa de la ciudad, el lago y los Alpes. Si el tiempo lo permite, cena en uno de los restaurantes junto al lago para despedirte de Lausana con una postal inolvidable.

Qué ver en Lausana y alrededores
Lausana y sus alrededores ofrecen una combinación perfecta de cultura, paisajes y patrimonio. En el corazón de la ciudad, no puede faltar la visita a la Catedral de Lausana, una de las más importantes del estilo gótico en Suiza. A sus pies, el centro histórico despliega callejuelas empedradas, plazas con mercados locales y miradores encantadores. También destaca el moderno distrito artístico Plateforme 10, así como el imprescindible Museo Olímpico, que rinde homenaje a los valores del deporte y su historia.
Fuera del núcleo urbano, se pueden descubrir joyas como el Castillo de Saint-Maire, símbolo político de la ciudad, o el mirador de Sauvabelin, una torre de madera con vistas impresionantes al Lago Lemán. Muy cerca, en las colinas vinícolas de Lavaux, Patrimonio de la Humanidad, se extienden terrazas de viñedos con paisajes espectaculares, ideales para una excursión de medio día con degustación de vinos.
Si se dispone de más tiempo, vale la pena visitar Montreux o Vevey, dos encantadoras localidades junto al lago, fácilmente accesibles en tren o barco.
