Qué ver en Interlaken
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Cosas que ver en Interlaken
Interlaken no solo es un punto de partida para aventuras alpinas, sino un destino que sorprende por su carácter y su vida entre montañas. Una de las cosas más llamativas es el contraste entre su entorno natural y la vida tranquila del pueblo, donde es común ver parapentes surcando el cielo sobre los techos de madera. La cultura suiza se respira en sus calles, desde las tiendas tradicionales hasta los mercados de productos locales, y es fácil notar cómo el ritmo lo marca el sonido de los trenes que conectan los valles.
La gastronomía en Interlaken también es un reflejo de su ubicación entre lagos y montañas, con platos como la fondue de queso o los rösti servidos en restaurantes con vistas al Jungfrau. La zona es además conocida por su amor al deporte, y verás a viajeros con mochilas y botas listos para escalar o recorrer rutas panorámicas. Los festivales locales, las demostraciones de cuerno alpino y la música folclórica añaden un toque auténtico que no se encuentra fácilmente en lugares más turísticos.
Interlaken es también un sitio ideal para desconectar, respirar aire puro y observar la vida suiza más allá de los clichés.


Lugares que ver en Interlaken
Interlaken, situada entre los lagos Thun y Brienz y rodeada por los Alpes suizos, es una base perfecta para explorar algunos de los paisajes más impresionantes de Suiza. Uno de los lugares más emblemáticos es Höhematte Park, un gran espacio verde en el centro del pueblo con vistas abiertas al imponente pico Jungfrau, ideal para descansar o ver aterrizar los parapentes.
El Harder Kulm, accesible en funicular, ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la región, con una pasarela de vidrio para los más atrevidos. Desde allí se pueden apreciar los lagos y las montañas en todo su esplendor. El casco antiguo de Unterseen, justo al lado de Interlaken, tiene calles tranquilas, casas de madera y cafés tradicionales, perfecto para una caminata con encanto local.
Además, el puerto de Bönigen en el lago Brienz y el de Neuhaus en el lago Thun son puntos ideales para tomar un crucero panorámico. Y si buscas algo diferente, las cuevas de St. Beatus, con sus leyendas y formaciones rocosas, ofrecen una experiencia subterránea fascinante.

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1. Höhematte Park
El Höhematte Park es el corazón verde de Interlaken, un extenso parque urbano que ofrece una de las vistas más emblemáticas de Suiza: la majestuosa silueta del Jungfrau al fondo. Con más de 14 hectáreas de jardines y césped perfectamente cuidados, es el lugar ideal para relajarse tras una jornada de exploración o simplemente disfrutar del entorno alpino.
Lo que lo hace realmente especial es su ubicación central y abierta, que permite observar cómo los parapentes descienden desde las montañas y aterrizan suavemente en el parque, convirtiéndolo en un espectáculo cotidiano. Durante el verano, se llena de flores, bancos y turistas que buscan una pausa tranquila, mientras que en invierno, puede albergar pequeños mercados o pistas de hielo.
A su alrededor encontrarás hoteles históricos como el Victoria Jungfrau y cafés con terrazas que miran directamente al paisaje. Höhematte no es solo un parque, sino un punto de encuentro, una postal viva de Interlaken.

2. Harder Kulm
El Harder Kulm es el mejor mirador natural de Interlaken, situado a 1.322 metros de altitud. Desde su plataforma panorámica, conocida como “Two Lakes Bridge”, se obtienen vistas espectaculares de los lagos de Thun y Brienz, así como de los famosos picos del Eiger, Mönch y Jungfrau. Es el lugar perfecto para entender por qué esta región es una de las más visitadas de Suiza.
Se accede fácilmente desde Interlaken con un funicular que tarda apenas 10 minutos en ascender la empinada ladera. Una vez en la cima, el restaurante panorámico estilo castillo invita a disfrutar de una comida con vistas inolvidables o simplemente tomar un café mientras se contempla el paisaje.
El Harder Kulm también es punto de partida de varias rutas de senderismo por los Alpes berneses. Al atardecer, el lugar se transforma en un balcón natural con colores dorados que iluminan los valles y las aguas.

Interlaken fue el primer lugar donde sentí que una caminata podía ser igual de emocionante que una atracción turística.
Laura R.
3. Los lagos de Thun y Brienz
Los lagos de Thun y Brienz son dos joyas naturales situadas en el corazón de los Alpes berneses, en Suiza. Ambos lagos se encuentran cerca de Interlaken y ofrecen un paisaje impresionante, rodeados de montañas y pintorescos pueblos que parecen sacados de un cuento.
El lago de Thun, el mayor de los dos, se extiende a lo largo de 28 kilómetros y es famoso por sus aguas de color azul turquesa, ideales para navegar en barco o practicar deportes acuáticos. A lo largo de su orilla se encuentran varias ciudades y pueblos encantadores, como Thun, una ciudad histórica con un castillo medieval, y Spiez, conocida por su hermoso puerto y viñedos.
Por otro lado, el lago de Brienz es más pequeño pero igualmente espectacular, rodeado por impresionantes montañas y bosques. Es perfecto para quienes buscan una experiencia más tranquila. El pueblo de Brienz, que da nombre al lago, es conocido por su tradición de tallado en madera y su impresionante paisaje alpino. Además, el ferrocarril de montaña de Brienz-Rothorn ofrece una de las vistas más icónicas de la región.
Ambos lagos son accesibles por barco, lo que permite recorrerlos y disfrutar de vistas panorámicas mientras se navega entre las montañas. Sin duda, los lagos de Thun y Brienz son una de las principales atracciones naturales de la región, ideales para quienes buscan una actividad al aire libre y tranquilidad.

4. El casco antiguo de Unterseen
El casco antiguo de Unterseen, justo al lado de Interlaken, ofrece un contraste encantador con el bullicio turístico de su ciudad vecina. Este pequeño núcleo histórico, a orillas del río Aare y bajo la imponente sombra de los Alpes, conserva el ambiente tranquilo y auténtico de un pueblo suizo tradicional.
Calles empedradas, casas de madera con balcones floridos y edificios centenarios definen el corazón de Unterseen. Pasear por su centro es como retroceder en el tiempo, especialmente al encontrarse con su iglesia reformada del siglo XV, la plaza principal y pequeñas tiendas locales que conservan su carácter original.
Además de su belleza arquitectónica, el casco antiguo destaca por su ambiente relajado y vistas espectaculares al Jungfrau y otras cumbres del Oberland bernés. Es un lugar ideal para detenerse a tomar un café, charlar con los lugareños o simplemente disfrutar del paisaje.
5. Las cuevas de St. Beatus
Las cuevas de St. Beatus, situadas a orillas del lago de Thun cerca de Interlaken, son uno de los enclaves más misteriosos y fascinantes de Suiza. Según la leyenda, fue aquí donde el monje irlandés Beato expulsó a un dragón que habitaba las grutas en el siglo VI, dando nombre a este singular sistema de cavernas.
Este complejo subterráneo se extiende por más de un kilómetro abierto al público, aunque en realidad las cuevas continúan mucho más allá. Durante la visita, se pueden recorrer pasarelas iluminadas que revelan formaciones geológicas espectaculares, como estalactitas, estalagmitas y cascadas internas que se han ido formando durante milenios.
El ambiente dentro de las cuevas es húmedo y fresco, lo que contribuye a su atmósfera mística. Además, el museo temático junto a la entrada ofrece una mirada al pasado geológico de la región y a la mitología que rodea el lugar. Afuera, los visitantes pueden disfrutar de vistas panorámicas del lago de Thun y un entorno natural impresionante, ideal para combinar con una caminata.

Qué ver en Interlaken en un día
Con un solo día en Interlaken, puedes disfrutar de una experiencia intensa entre montañas, lagos y naturaleza suiza. La jornada puede comenzar con un paseo matutino por la Höhematte, un gran parque central con vistas abiertas a los Alpes y perfecto para aclimatarse a la atmósfera de la ciudad. Desde allí, puedes caminar hasta el casco antiguo de Unterseen, donde las calles empedradas y las casas tradicionales ofrecen una visión más tranquila y auténtica del entorno local.
Al mediodía, subir al Harder Kulm en funicular es casi obligatorio. En solo diez minutos estarás en un mirador espectacular desde donde se dominan los lagos Thun y Brienz, así como los picos Eiger, Mönch y Jungfrau. Allí también puedes almorzar con una vista inolvidable. Por la tarde, un crucero corto por el Lago Brienz o una visita rápida a las cuevas de St. Beatus, según tu ritmo, puede poner el broche final a tu día.

Qué ver en Interlaken y alrededores
Interlaken es una base ideal para explorar tanto la belleza natural suiza como los encantos de sus pueblos cercanos. En la ciudad, no puedes dejar de visitar el Höhematte, un gran parque con vistas directas a los Alpes, y el Harder Kulm, un mirador accesible en funicular que ofrece una de las panorámicas más espectaculares del país. El casco antiguo de Unterseen, justo al lado, complementa la experiencia con su arquitectura tradicional y ambiente tranquilo.
En los alrededores, los lagos Thun y Brienz ofrecen cruceros panorámicos, deportes acuáticos y pueblos ribereños encantadores como Spiez o Iseltwald. Si prefieres algo más aventurero, las cuevas de St. Beatus, con sus leyendas y formaciones rocosas, son una opción fascinante. Para los amantes de la montaña, desde Interlaken puedes acceder fácilmente al Jungfraujoch, el punto ferroviario más alto de Europa, o visitar Lauterbrunnen, un valle salpicado de cascadas impresionantes.
