Qué ver en Alejandría
Actividades destacadas

Excursión de 5 días por Alejandría y desierto de Siwa
Ruta completa entre mar, oasis y cultura local.
Cosas que ver en Alejandría
Alejandría es una ciudad donde el pasado y el presente se entrelazan de manera única. Aunque es conocida por sus antiguos monumentos, explorar la ciudad es mucho más que ver las ruinas. Aquí, la mezcla entre la vida cotidiana y la historia se siente en cada rincón: mercados llenos de colores, cafés con terrazas sobre el mar, y las personas que danzan al ritmo de una ciudad vibrante.
Las cosas que ver en Alejandría no solo se limitan a sus monumentos. Los paseos por la costa ofrecen vistas espectaculares, y caminar por sus calles es como recorrer un álbum de fotos del pasado, pero con vida en cada esquina. El mar Mediterráneo es parte de su esencia y ofrece la tranquilidad de sus aguas, mientras los mercados locales laten con los aromas de especias y el bullicio de las negociaciones.
El ambiente que se respira en Alejandría es inconfundible. Su energía, su arquitectura única y su gente crean una atmósfera que cautiva. No es solo un lugar para ver, sino para sentir y vivir, donde cada visita se convierte en una nueva historia por descubrir.


Lugares que ver en Alejandría
¿Te imaginas una ciudad donde el mar te cuenta historias de antiguas civilizaciones? Alejandría es justo eso. Aquí, los ecos del pasado se entrelazan con la energía de la vida moderna. Caminar por sus calles es como recorrer un escenario en constante cambio, donde cada rincón tiene algo fascinante que ofrecer.
¿Te atreves a perderte en sus laberintos de mercados y colores vibrantes? Cada esquina tiene algo que te sorprende: desde las risas de los vendedores hasta los aromas que invaden el aire. Y si te gusta mezclar historia con una pizca de tranquilidad, la ciudad tiene secretos escondidos entre sus calles menos transitadas, perfectos para quienes buscan algo más que lo habitual.
Al caer la tarde, el horizonte se tiñe de tonos cálidos que invitan a una pausa. Alejandría no solo es un lugar para ver, sino para sentir. El mar, la brisa y los sonidos se convierten en tus compañeros perfectos mientras descubres una ciudad que nunca deja de sorprender. No hace falta seguir un mapa: en Alejandría, cada paso te lleva a un nuevo encanto.
1. Ciudadela de Quaitbay
En el extremo del puerto de Alejandría, donde antaño se alzaba el mítico Faro, hoy se encuentra la imponente Ciudadela de Qaitbay. Esta fortaleza del siglo XV no solo ofrece vistas espectaculares del Mediterráneo, sino también un paseo entre gruesos muros de piedra, túneles y torres que huelen a historia. Fue construida por el sultán Qaitbay para proteger la ciudad de las invasiones otomanas.
Hoy lo que conquista es la cámara de tu móvil. Su silueta se refleja en el agua al atardecer, convirtiéndola en uno de los lugares más fotogénicos de Alejandría. Aunque no hay grandes exposiciones ni tecnologías modernas, el lugar tiene el encanto de lo auténtico.
Ideal para quienes disfrutan de los relatos históricos sin necesidad de un museo, esta fortaleza ofrece una experiencia sencilla pero envolvente. Solo el viento marino, las piedras antiguas y la sensación de estar en un sitio que vigiló el mundo durante siglos.

2. Columna de Pompeyo
Esta columna solitaria sobresale en el horizonte como un dedo que apunta al cielo, recordando los días en los que Alejandría era una de las ciudades más grandiosas del mundo antiguo. Aunque su nombre pueda llevar a confusión —no está relacionada con Pompeyo el Grande—, en realidad es un homenaje al emperador Diocleciano.
Con sus 27 metros de altura, es el vestigio más notable del antiguo Serapeo, un templo dedicado a los dioses greco-egipcios. A su alrededor, ruinas y esfinges de piedra completan el escenario. La visita es breve pero muy simbólica, ideal para los curiosos que disfrutan imaginando cómo era todo esto hace siglos.
No esperes una gran estructura, pero sí una pieza única que ha sobrevivido terremotos, saqueos y el paso del tiempo. Para los viajeros amantes de la arqueología o simplemente quienes buscan una parada tranquila en la ciudad, esta columna tiene más historia de la que aparenta.

3. Museo Nacional de Alejandría
Si quieres entender Alejandría más allá de sus calles y vistas, este museo es una parada obligatoria. Instalado en una elegante mansión italiana, el edificio en sí ya llama la atención. Pero lo realmente interesante está dentro: una colección bien cuidada que recorre la historia de Egipto desde los faraones hasta la época islámica, pasando por el periodo grecorromano.
Las piezas están expuestas de forma clara, sin abrumar. Verás momias, estatuas sumergidas recuperadas del puerto, monedas antiguas y objetos cotidianos que muestran cómo vivían los antiguos habitantes de esta ciudad que siempre fue un cruce de culturas.
Lo mejor es que es un museo manejable, perfecto para los que no disfrutan de pasillos eternos. En una hora o poco más puedes recorrerlo entero, con tiempo para curiosear sin prisa. Una visita ideal para quienes quieren mezclar historia y tranquilidad en pleno centro de Alejandría.

4. Mezquita de Al-Mursi Abu al-Abbas
Entre los muchos contrastes que ofrece Alejandría, la Mezquita de Al-Mursi Abu al-Abbas destaca por su elegancia y serenidad. Situada en el barrio de Anfushi, muy cerca del mar, es uno de los templos más importantes de Egipto y una visita imprescindible para entender la dimensión espiritual de la ciudad. Su arquitectura, con minaretes altos, cúpulas blancas y detalles en mármol, no pasa desapercibida.
El interior es un remanso de paz. Silenciosa y luminosa, la mezquita invita al respeto incluso si no compartes la fe islámica. Fue construida en honor a un místico andalusí del siglo XIII muy venerado en la región, y hoy su tumba sigue siendo un lugar de peregrinación. Los detalles decorativos, la alfombra que cubre el suelo y el ritmo pausado del rezo crean una atmósfera que atrapa.
Además, visitar esta mezquita permite conectar con la vida local. En los alrededores encontrarás mercados, cafeterías y niños jugando en la plaza, lo que convierte la experiencia en algo más auténtico. No es solo un edificio bonito: es un símbolo vivo de la ciudad, donde historia, religión y comunidad se entrelazan sin necesidad de grandes explicaciones.

5. Biblioteca de Alejandría
Más que una biblioteca, este lugar es un símbolo del renacimiento cultural egipcio. La nueva Biblioteca de Alejandría se construyó cerca del lugar donde estuvo la mítica original, aquella que fue faro del conocimiento del mundo antiguo. Hoy es un espacio moderno, con diseño futurista y una de las colecciones más importantes de la región.
No hace falta ser amante de los libros para disfrutar la visita. Su arquitectura impresiona desde fuera, y por dentro ofrece salas de lectura, exposiciones temporales, museos y hasta un planetario. Es un centro cultural completo, donde se mezclan historia, ciencia y arte.
Ideal para pasar una mañana diferente en la ciudad, especialmente si buscas algo más tranquilo y contemporáneo. Aunque no puedas hojear los manuscritos antiguos que una vez llenaron estas estanterías míticas, sí sentirás que formas parte de un lugar que mira al pasado… pero también al futuro.

Qué ver en Alejandría en un día
Un día en Alejandría da para mucho si sabes por dónde empezar. Lo ideal es hacerlo junto al mar, en la Ciudadela de Qaitbay, construida sobre las ruinas del antiguo Faro de Alejandría. Sus muros, con vistas al Mediterráneo, te trasladan de inmediato a otra época. Desde allí, el paseo marítimo invita a seguir explorando sin prisa.
No muy lejos se alza la Mezquita de Al-Mursi Abu al-Abbas, una joya arquitectónica y espiritual. Con su fachada blanca, sus cúpulas elegantes y su historia ligada a un místico andalusí, es uno de los rincones más especiales de la ciudad. Aunque no profeses la religión, su interior transmite una calma difícil de olvidar.
La ruta sigue con una visita a la Columna de Pompeyo y luego al Museo Nacional de Alejandría, donde las piezas narran siglos de historia en una ciudad marcada por su mezcla de culturas. Si aún tienes energía, la Biblioteca de Alejandría pone el broche final con su diseño moderno y su legado simbólico.
Alejandría se ve bien en un día, sí, pero también deja con ganas de volver. Y eso, en una ciudad con tanta historia, siempre es buena señal.

Qué ver en Alejandría y alrededores
Alejandría es mucho más que su paseo marítimo o sus ruinas históricas. Si tienes tiempo para explorar sus alrededores, descubrirás un Egipto menos turístico, más pausado y sorprendente. Desde paisajes desérticos hasta oasis que parecen sacados de un cuento, hay mucho que ver más allá de la ciudad.
Uno de los destinos más impactantes es el desierto de Siwa. Aunque el trayecto es largo, el viaje merece la pena: un oasis rodeado de dunas, palmeras, ruinas antiguas y baños termales. Aquí se respira otro Egipto, uno más tranquilo y cargado de espiritualidad. En otra dirección, Wadi El Natrun sorprende con sus antiguos monasterios coptos, aún habitados, donde se vive al ritmo del silencio y la oración.
Si buscas historia reciente, El Alamein es parada obligatoria. Sus museos, cementerios militares y recuerdos de la Segunda Guerra Mundial ofrecen una visita intensa, ideal para quienes quieren entender el pasado desde otro ángulo.
En definitiva, los alrededores de Alejandría invitan a salir del circuito clásico y descubrir un Egipto diferente, menos conocido pero igual de fascinante. Perfecto para quienes buscan experiencias con alma… y sin multitudes.
