Qué ver en Isafjordur
Actividades destacadas

Tour por los Westfjords para cruceros
Una parada que parece otro planeta: ¡bienvenidos a Westfjords!

Tour en kayak por la bahía de Isafjordur
Kayak en Isafjordur: naturaleza a golpe de pala.

Tour en bicicleta y kayak por los Westfjords
Dos formas de moverse, una única emoción: libertad.

Avistamiento de ballenas en Isafjordur
¡Sorpresa en el fiordo! ¿Listo para ver ballenas?
Cosas que ver en Isafjordur
Ísafjörður no es solo un destino de paisajes: es una experiencia tranquila y auténtica que te conecta con el ritmo pausado del norte de Islandia. Una de las cosas más especiales que puedes hacer aquí es simplemente pasear por su casco antiguo, con casas tradicionales de madera que parecen detenidas en el tiempo. Observar el día a día del puerto, con sus barcos de pesca y la actividad de los locales, también forma parte del encanto del lugar.
No puedes irte sin probar el pescado fresco en alguno de sus restaurantes locales. La gastronomía aquí es sencilla pero de gran calidad, basada en lo que el mar ofrece. Si visitas en verano, tal vez coincidas con algún festival cultural o musical, muy populares en la ciudad a pesar de su tamaño. Además, muchas personas vienen hasta aquí solo para disfrutar del silencio de los fiordos, ideal para desconectar completamente.
En invierno, si el clima lo permite, la zona ofrece un excelente entorno para practicar esquí de travesía, una actividad que ha ganado popularidad entre aventureros. Y si te gusta observar aves o explorar paisajes remotos, los alrededores de Ísafjörður te ofrecen senderos y excursiones que no encontrarás en otros rincones de Islandia.


Lugares que ver en Isafjordur
Ísafjörður, una pequeña ciudad en el corazón de los fiordos del noroeste de Islandia, sorprende por su encanto y su entorno natural imponente. El centro histórico, con casas de madera del siglo XVIII bien conservadas, ofrece un paseo tranquilo y lleno de carácter. Entre ellas destaca Tjöruhúsið, uno de los edificios más antiguos del país. En este mismo núcleo urbano, el Museo del Patrimonio de los Fiordos del Oeste permite entender la vida pesquera y rural de la región.
Muy cerca se encuentra el fiordo de Ísafjarðardjúp, un entorno perfecto para realizar excursiones en kayak o avistamiento de ballenas, focas y aves marinas. Otra parada imprescindible es la Reserva Natural de Hornstrandir, accesible en barco desde Ísafjörður, donde no hay carreteras ni poblaciones, solo acantilados, zorros árticos y una naturaleza completamente intacta.
Por último, vale la pena subir al mirador de Naustahvilft, también conocido como “el asiento del troll”, para tener una panorámica completa de la ciudad encajada entre montañas y mar. Ísafjörður es pequeña, pero su entorno te da razones de sobra para quedarte más tiempo.

Excursión privada a Meknes y Volubilis
Un tour muy completo para ti y tu grupo.

Visita con guía por Casablanca
Una ciudad que merece ser visitada con un guía oficial.

Excursión para Cruceros en Casablanca
Si no sabes qué ver en Casablanca, te recomendamos este tour.
1. Tjöruhúsið
Tjöruhúsið es mucho más que un restaurante: es una institución culinaria en Ísafjörður y una parada imprescindible para quien visite los Fiordos del Oeste. Ubicado en una antigua casa de pescadores del siglo XVIII, este acogedor local combina el encanto de lo tradicional con una experiencia gastronómica basada en la frescura y sencillez de los productos del mar islandés.
Aquí no hay carta fija: el menú cambia según la pesca del día, lo que garantiza platos fresquísimos como bacalao, trucha ártica, halibut o cangrejo de las nieves, cocinados de forma sencilla pero sabrosa. Los platos se sirven en formato buffet, lo que permite probar un poco de todo mientras se disfruta del ambiente rústico y cercano del lugar.
La experiencia va más allá de la comida: el personal suele explicar cada plato al servirlo, y es común terminar compartiendo mesa o conversación con otros viajeros. El entorno, justo frente al puerto, también suma al encanto, con vistas que completan la vivencia local.

2. Neðstikaupstaður
Neðstikaupstaður es el conjunto de edificios más antiguo de Ísafjörður y uno de los complejos de madera mejor conservados de toda Islandia. Construido en el siglo XVIII, este enclave histórico se encuentra junto al puerto y refleja la importancia comercial que tuvo la ciudad durante la época de la pesca y el comercio danés.
El complejo está formado por varias casas de madera pintadas de rojo oscuro, entre ellas antiguos almacenes, oficinas comerciales y viviendas de comerciantes. Pasear por aquí es como retroceder en el tiempo y entender cómo era la vida en los remotos fiordos hace más de 200 años. El ambiente del lugar conserva una autenticidad rara, sin demasiada intervención moderna, lo que lo hace aún más especial.
Hoy en día, algunos de estos edificios albergan museos, exposiciones culturales y talleres locales, lo que permite al visitante conocer más a fondo la historia marítima de la región y su evolución. También es habitual encontrar aquí eventos culturales y actividades comunitarias durante el verano.

La primera vez que vi Ísafjörður pensé que era el fin del mundo
Mateo Ríos
3. Hornstrandir
Hornstrandir es uno de los rincones más remotos y salvajes de Islandia. Situado en el extremo norte de los fiordos occidentales, este parque natural es accesible solo en verano y únicamente por barco desde Ísafjörður u otras pequeñas localidades cercanas. No hay carreteras ni infraestructura moderna, lo que lo convierte en un destino ideal para los amantes de la naturaleza en estado puro.
Acantilados espectaculares, valles deshabitados y colonias de aves marinas son parte del paisaje que define Hornstrandir. También es uno de los pocos lugares del país donde se pueden ver zorros árticos en libertad, ya que viven sin apenas contacto humano. Las rutas de senderismo que cruzan la península ofrecen vistas únicas del océano y de abruptos precipicios que caen al mar.
Debido a su aislamiento, visitar Hornstrandir requiere buena preparación: llevar comida, equipo adecuado y consultar el clima es esencial. No obstante, quienes se animan a llegar hasta allí suelen coincidir en que es una de las experiencias más intensas y auténticas de Islandia.

4. Puerto de Ísafjörður
El Puerto de Ísafjörður es el corazón de esta pequeña ciudad islandesa, donde se mezclan historia, actividad cotidiana y paisajes espectaculares. Situado en un fiordo rodeado de montañas imponentes, ha sido durante siglos el eje del comercio, la pesca y la vida marítima del oeste de Islandia.
Hoy en día, el puerto sigue activo, con barcos pesqueros, pequeños ferris y, cada vez más, cruceros turísticos que atracan en verano. Es un lugar ideal para observar el ritmo pausado de la vida local, ver cómo descargan el pescado fresco o simplemente caminar por el muelle disfrutando del paisaje y el aire marino. En los días claros, el reflejo de las casas de colores sobre el agua calma ofrece postales inolvidables.
Cerca del puerto se encuentra una parte del casco antiguo, con casas de madera del siglo XVIII y XIX, algunas reconvertidas en cafés, tiendas o pequeños museos. También es el punto de partida para excursiones en barco hacia Hornstrandir o para actividades como el kayak en el fiordo.
5. El Sendero de Naustahvilft
El Sendero de Naustahvilft, también conocido como el Asiento del Troll (Troll’s Seat), es una de las caminatas más accesibles y curiosas desde Ísafjörður. Según la leyenda local, una enorme troll se sentó a descansar en la ladera de la montaña y dejó una huella en forma de cuenco, visible desde la distancia. Ese es el destino de la caminata, que combina mitología islandesa con vistas espectaculares.
El sendero comienza a las afueras del pueblo, subiendo por una pendiente corta pero empinada. En unos 30-45 minutos de caminata, se alcanza la depresión en la montaña que forma el supuesto “asiento”. Desde allí, las vistas de Ísafjörður, el fiordo y las montañas son impresionantes, sobre todo con luz dorada al atardecer.
Aunque es una ruta corta, conviene llevar calzado adecuado, ya que el terreno puede ser resbaladizo con lluvia. Es ideal para quienes quieren hacer una excursión rápida sin alejarse demasiado del pueblo. Además de la vista, la sensación de estar en un lugar cargado de historias y leyendas locales le da un valor especial al recorrido.

Qué ver en Isafjordur en un día
Pasar un día en Ísafjörður permite conocer una de las zonas más auténticas del oeste de Islandia, con su mezcla de historia, naturaleza y vida local. La jornada puede comenzar con un paseo por el centro histórico, donde aún se conservan varias casas de madera tradicionales, muchas del siglo XVIII. Allí se encuentra Neðstikaupstaður, el complejo comercial más antiguo del país, hoy convertido en museo y centro cultural.
Después, vale la pena acercarse al Puerto de Ísafjörður, donde se puede observar la actividad pesquera local y disfrutar de las vistas al fiordo. Muy cerca, algunos restaurantes sirven pescado fresco y platos típicos islandeses. Para los más activos, la ruta de senderismo hacia Naustahvilft (el Asiento del Troll) ofrece una subida corta con una vista panorámica espectacular del fiordo y de la ciudad.
Si queda tiempo, se puede visitar el Museo Marítimo, pequeño pero muy informativo, o bien realizar una breve excursión en barco, ideal si el clima acompaña.

Qué ver en Isafjordur y alrededores
Ísafjörður y sus alrededores ofrecen una de las experiencias más remotas y auténticas de Islandia, perfectas para quienes buscan naturaleza intacta y pueblos con carácter. En la propia ciudad, destacan sus casas históricas, el Museo Marítimo y el complejo de Neðstikaupstaður, el asentamiento comercial más antiguo del país. El puerto también merece una visita, tanto por su ambiente como por las vistas que ofrece del fiordo.
Pero es en los alrededores donde se encuentra la verdadera joya: la reserva natural de Hornstrandir, uno de los lugares más salvajes de Islandia, accesible solo en verano y por barco. Senderos solitarios, acantilados espectaculares y una fauna intacta, como zorros árticos, hacen de este parque un destino único para excursionistas experimentados. Para una caminata más breve pero con excelentes vistas, se puede ascender a Naustahvilft, conocido como el “Asiento del Troll”, una formación natural desde la que se domina toda la ciudad y el fiordo.
También es posible realizar excursiones en kayak o barco por los fiordos del oeste, donde es común avistar ballenas y aves marinas.
