Qué ver en Skaftafell
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Cosas que ver en Skaftafell
Skaftafell no es solo un destino natural: es una experiencia de contraste y escala. Entre sus glaciares, cascadas y campos de lava, lo que más impacta no es solo el paisaje, sino cómo uno se siente al recorrerlo. Caminar por sus senderos —especialmente el que lleva a Svartifoss, la cascada rodeada de columnas basálticas— no es simplemente una excursión: es estar en contacto directo con las formas más crudas y puras del planeta.
Más allá de la geografía, lo que se ve en Skaftafell es el paso lento del tiempo esculpiendo la tierra. Las formaciones glaciares, las morrenas, los ríos que nacen del hielo… todo transmite una historia de miles de años. Sentarse en silencio frente a la lengua del glaciar Vatnajökull y escuchar cómo cruje es algo que no se olvida.
Y aunque no sea una ciudad ni un pueblo, Skaftafell es un lugar que deja marca, no por lo que ofrece como destino turístico tradicional, sino por cómo te obliga a mirar distinto. Aquí no hay monumentos ni calles con nombres famosos: hay viento, hielo, roca y espacio. Y con eso, basta.


Lugares que ver en Skaftafell
Skaftafell, ubicado dentro del Parque Nacional Vatnajökull, es uno de los mejores lugares en Islandia para disfrutar del poder de la naturaleza. Entre sus rincones más emblemáticos está Svartifoss, una cascada rodeada por columnas de basalto negro que parecen una obra arquitectónica natural. El sendero para llegar hasta ella es accesible y permite disfrutar de vistas espectaculares del paisaje.
Otro punto imperdible es la lengua glaciar Skaftafellsjökull, una extensión impresionante del glaciar Vatnajökull. Se puede llegar caminando desde el centro de visitantes, y el recorrido ofrece panorámicas de hielo, arena volcánica y montañas. Es un lugar ideal para detenerse y contemplar el contraste entre el blanco del glaciar y el terreno oscuro que lo rodea.
Para los más aventureros, una excursión guiada sobre el glaciar Vatnajökull permite caminar con crampones sobre el hielo, explorando grietas y formaciones azules que parecen sacadas de otro planeta. Además, desde Skaftafell se accede a rutas de senderismo que llevan a miradores naturales, como Sjónarnípa, desde donde se pueden ver vastos tramos del sur islandés. Aunque alejado de núcleos urbanos, cada uno de estos lugares hace que el viaje a Skaftafell valga cada kilómetro recorrido.
1. Svartifoss
Svartifoss, también conocida como la “Cascada Negra”, es uno de los paisajes más icónicos del sur de Islandia. Ubicada dentro del Parque Nacional Vatnajökull, destaca por las columnas de basalto negro que la rodean, formaciones volcánicas que parecen esculpidas a mano. El contraste entre el agua blanca cayendo y las paredes oscuras que la enmarcan crea una imagen poderosa y única.
El camino hasta Svartifoss comienza en el centro de visitantes de Skaftafell y recorre un sendero de unos 1,5 km por terreno moderado, atravesando pequeñas cascadas y vegetación típica islandesa. Es una caminata sencilla y muy popular, perfecta para todo tipo de viajeros, y con múltiples puntos donde detenerse a tomar fotos.
Además del atractivo natural, Svartifoss ha sido fuente de inspiración para la arquitectura islandesa, en especial para la famosa iglesia Hallgrímskirkja en Reikiavik, cuyo diseño recuerda claramente a estas columnas basálticas.
Visitar Svartifoss no es solo ver una cascada, sino disfrutar de un entorno natural único, con el rugido constante del agua y el paisaje volcánico que define buena parte del carácter islandés. Una parada imprescindible si viajas por la región sur de Islandia.

2. Skaftafellsjökull
Skaftafellsjökull es una impresionante lengua glaciar que desciende desde el gigantesco glaciar Vatnajökull, el más grande de Europa. Se encuentra en el corazón del Parque Nacional Vatnajökull y es uno de los lugares más accesibles para acercarse al hielo en Islandia sin necesidad de equipamiento especializado. Su enorme masa de hielo, marcada por grietas, líneas de ceniza volcánica y formaciones azuladas, ofrece un paisaje sobrecogedor.
El sendero que lleva hasta el mirador frente al glaciar es uno de los más populares de la zona. Tiene una dificultad baja y permite, tras unos 30 minutos de caminata, obtener vistas panorámicas del glaciar descendiendo entre las montañas, un espectáculo natural que cambia constantemente con el paso del tiempo y las estaciones.
A medida que uno se aproxima, el silencio solo se rompe por el crujido del hielo y el leve rumor del agua glaciar fundiéndose. La experiencia transmite la escala inmensa de la naturaleza islandesa y deja claro por qué Skaftafellsjökull es una parada obligatoria en cualquier ruta por el sur del país.
Además, es posible hacer excursiones guiadas sobre el glaciar, donde se puede caminar sobre el hielo con crampones y aprender sobre los efectos del cambio climático en esta zona.

Skaftafell no tiene monumentos, tiene glaciares que hablan más fuerte que cualquier historia escrita.
Autor Anonimo
3. Vatnajökull
Vatnajökull es uno de los glaciares más impresionantes y vastos del planeta, cubriendo alrededor del 8% de la superficie de Islandia. Con un área que supera los 8.000 kilómetros cuadrados, es el mayor glaciar de Europa y se extiende a lo largo de varias montañas y volcanes activos. Su tamaño monumental lo convierte en una de las maravillas naturales más icónicas del país, y un destino imprescindible para quienes visitan Islandia.
Este glaciar no solo destaca por su tamaño, sino también por las numerosas lenguas glaciares que se desprenden de él, como Skaftafellsjökull, que son accesibles para los visitantes. Las cavernas de hielo, formadas por las capas de nieve y hielo que se derriten y luego se reforman, ofrecen una experiencia única para explorar las profundidades heladas, una de las principales atracciones turísticas en el área.
El glaciar también está rodeado por el Parque Nacional Vatnajökull, donde los visitantes pueden disfrutar de diversos senderos que les permiten acercarse a las lenguas glaciares, explorar las imponentes formaciones rocosas y disfrutar de las vistas panorámicas de la tundra islandesa. Además, Vatnajökull alberga varios volcanes activos, lo que lo convierte en una zona geológicamente fascinante y llena de historia natural.

4. Fjallsárlón
Fjallsárlón es una laguna glaciar situada al sur del glaciar Vatnajökull, y aunque a menudo pasa desapercibida frente a la más famosa Jökulsárlón, ofrece una experiencia igual de impresionante y con menos visitantes. Lo que hace especial a Fjallsárlón es la sensación de cercanía con el frente del glaciar Fjallsjökull, cuyas paredes de hielo caen directamente sobre el agua, formando bloques que flotan lentamente por la superficie.
Desde la orilla se pueden observar los icebergs desprendidos que se mueven con calma, creando un paisaje silencioso y sobrecogedor. El entorno es más compacto e íntimo que otras lagunas glaciares, lo que permite apreciar mejor los detalles del hielo, sus formas y colores azulados.
También es un lugar ideal para la fotografía y para recorrer en pequeñas embarcaciones durante la temporada cálida, acercándose a los bloques de hielo sin perturbar el entorno natural. En días despejados, la vista hacia el Vatnajökull al fondo es sencillamente espectacular.
Fjallsárlón es un lugar que sorprende por su serenidad, por el rugido ocasional de los desprendimientos y por la belleza cruda del hielo en movimiento. Un rincón que muestra el poder y la fragilidad de los glaciares islandeses en todo su esplendor.
5. Kvíárjökull
Kvíárjökull es una de las lenguas glaciares del imponente Vatnajökull, el glaciar más grande de Europa. Aunque menos conocida que otras, esta lengua de hielo es una joya para quienes buscan paisajes más tranquilos y fuera de las rutas más concurridas de Islandia. Desde su base, se puede observar cómo el hielo desciende lentamente entre montañas negras, creando un fuerte contraste visual que es característico de la región.
El acceso a Kvíárjökull es relativamente sencillo desde la carretera principal, y muchos viajeros aprovechan para hacer una caminata corta hasta su frente glaciar. Durante el trayecto, es común encontrarse con pequeños arroyos, formaciones rocosas esculpidas por el hielo y zonas donde la vegetación empieza tímidamente a recuperar el terreno.
Este lugar también es un excelente punto para entender los efectos del cambio climático, ya que las marcas en el terreno muestran claramente cómo el glaciar ha retrocedido con los años. Sin necesidad de grandes caminatas, Kvíárjökull permite tener una experiencia íntima y cercana con uno de los elementos naturales más impactantes del país: el hielo milenario que forma parte del alma geológica de Islandia.

Qué ver en Skaftafell en un día
Un día en Skaftafell da para mucho si se aprovecha bien. Lo ideal es comenzar temprano con una caminata al mirador de Skaftafellsjökull, una lengua glaciar impresionante a la que se llega fácilmente desde el centro de visitantes. La vista desde allí, con el hielo extendiéndose entre montañas negras, es una de las postales más impactantes del parque.
Después, se puede tomar el sendero que lleva a la cascada Svartifoss, famosa por su caída de agua enmarcada por columnas de basalto oscuro. La ruta es corta pero con algo de desnivel, aunque las vistas en el camino hacen que valga la pena. Desde allí, si se tiene energía, se puede continuar a otros miradores menos transitados que ofrecen panorámicas espectaculares del glaciar y el paisaje volcánico.
Para cerrar el día, merece la pena acercarse en coche hasta la laguna de Fjallsárlón, donde se pueden ver icebergs flotando en silencio frente al glaciar. Es un lugar menos concurrido que Jökulsárlón, pero igual de impresionante.
Con solo un día, Skaftafell ofrece una experiencia intensa de naturaleza islandesa: glaciares, cascadas, montañas y tranquilidad. Un pequeño resumen de lo que hace de Islandia un destino tan especial.

Qué ver en Skaftafell y alrededores
Skaftafell, ubicado dentro del Parque Nacional Vatnajökull, es una joya natural que sirve como base perfecta para explorar tanto sus maravillas como los tesoros cercanos. Dentro del parque, no hay que perderse lugares como Svartifoss, la cascada rodeada de columnas de basalto, o la lengua glaciar de Skaftafellsjökull, accesible mediante rutas sencillas. Ambos ofrecen paisajes únicos que reflejan el contraste entre el hielo, la roca volcánica y la vegetación del sur de Islandia.
En los alrededores, a menos de una hora en coche, se encuentra Fjallsárlón, una laguna glaciar más tranquila que su vecina Jökulsárlón, pero igual de impresionante. Desde allí se pueden realizar excursiones en barco para acercarse a los icebergs. Muy cerca también está Diamond Beach, una playa de arena negra donde fragmentos de hielo descansan como joyas al sol. Y si se busca una experiencia aún más remota, el glaciar Kvíárjökull ofrece caminatas menos concurridas pero igual de sobrecogedoras.
Skaftafell y sus alrededores combinan hielo, fuego y silencio en una región donde la naturaleza sigue marcando el ritmo. Perfecto para quienes buscan paisajes imponentes sin multitudes, y con muchas opciones para recorrer a pie, en coche o incluso en kayak.
