Qué ver en Santander
La capital de una de las regiones más bonitas. ¡Bienvenidos a Santander, Cantabria!
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Cosas que ver en Santander
Santander, la capital de Cantabria, es una ciudad que cautiva por su mezcla de mar, montaña y modernidad. Ubicada en un entorno natural privilegiado, a orillas del mar Cantábrico, esta ciudad ofrece una gran variedad de rincones para descubrir. Desde sus preciosas playas hasta su arquitectura histórica, Santander es un destino que enamora a los viajeros en busca de belleza y tranquilidad.
Si estás pensando en visitar esta encantadora ciudad, seguro te preguntas qué ver en Santander. No te preocupes, porque te traemos una guía completa con las mejores recomendaciones. Hay muchas cosas que ver en Santander que te sorprenderán.
Así que, si estás buscando planes para disfrutar de este rincón del norte de España, sigue leyendo. En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre qué ver en Santander y cómo aprovechar al máximo tu visita.


Razones por las que visitar Santander
1. Entorno natural único
Santander es un paraíso para quienes necesitan una dosis de naturaleza, aire fresco y paisajes que parecen pintados a mano. Sus playas, como la icónica El Sardinero o la península de La Magdalena, te hacen sentir como si hubieras aterrizado en un destino de postal. Aquí puedes relajarte al sol, sentir la arena entre los dedos o dar largos paseos con el mar como banda sonora. ¿Suena bien, verdad?
Si lo tuyo son las caminatas, Santander tiene rutas que no te puedes perder. Desde senderos costeros con vistas infinitas al Cantábrico hasta caminos que atraviesan verdes colinas, cada paso te regala una postal nueva. Por ejemplo, en el Parque de Mataleñas no solo encontrarás un entorno de ensueño, sino también un faro con una de las mejores vistas de la bahía. ¿Sabías que este parque es hogar de una peculiar colonia de gatos que se ha ganado el corazón de los visitantes? ¡Son las auténticas estrellas locales!
Esta ciudad tiene ese toque mágico que logra desconectar el estrés y reconectar tus sentidos.

2. Patrimonio cultura y arquitectónico
La arquitectura y patrimonio cultural de Santander son una mezcla de tradición y toques modernos, haciendo que explorarla sea como abrir un libro lleno de sorpresas. Si te preguntas por las cosas que ver en Santander, todo lo que te iremos diciendo debe estar en lo más alto de tu lista. Uno de los edificio icónicos es el Palacio de la Magdalena, que parece sacado de un cuento, se alza sobre la bahía y fue residencia de verano de la familia real. Hoy en día, sus jardines y vistas al mar son un auténtico regalo para los visitantes.
El arte contemporáneo tiene su refugio en el Centro Botín, un edificio que no pasa desapercibido ni por su diseño futurista ni por las obras que alberga. Desde aquí, las vistas a la bahía son impresionantes, y su ubicación hace que sea ideal para dar un paseo por el Paseo de Pereda, uno de los más bonitos de la ciudad.
Otra parada imprescindible es el puerto, un lugar que late con la historia marinera de Santander. Caminar por aquí te transporta a épocas pasadas, cuando los barcos cargados de mercancías y aventuras llegaban desde todas partes del mundo. Si tienes tiempo, acércate a los astilleros o al Museo Marítimo para entender mejor esta conexión especial de la ciudad con el mar.

La experiencia no consiste en lo que se ha vivido, sino en lo que se ha reflexionado.
Jose María de Pereda (Santander)
3. Gastronomía en Santander
La cocina de Santander es una fiesta para el paladar, una oda a los sabores del Cantábrico que no deja indiferente a nadie. Si te preguntas qué ver en Santander y alrededores, no olvides incluir su gastronomía en el itinerario, porque aquí comer es todo un arte.
Las rabas, esas irresistibles tiras de calamar rebozado, no son solo un aperitivo, son casi una tradición sagrada. Cada bar tiene su receta, y los locales no dudan en discutir cuál es el mejor sitio para probarlas. Otro plato estrella es el marmitako, un guiso de bonito y patatas que, con su sabor profundo y reconfortante, es perfecto para entender por qué la cocina cántabra enamora.
Para los amantes de los mercados, el Mercado de la Esperanza es un imprescindible. Entre sus puestos rebosantes de mariscos fresquísimos, quesos locales y embutidos artesanales, cada rincón cuenta una historia. Este mercado tiene su propia curiosidad: su construcción se remonta a 1904 y fue diseñada por el arquitecto Eduardo Reynals, quien se inspiró en la estética modernista de la época.
Santander invita a disfrutar de cada bocado, a saborear su historia y a descubrir, entre platos y paisajes, los secretos mejor guardados del norte. ¡Un destino donde comer es parte de la aventura!

4. Ciudad accesible y tranquila
Es una ciudad que parece diseñada para quienes buscan desconectar sin complicaciones. Si te preguntas qué ver en Santander, te sorprenderá saber que aquí todo está al alcance de la mano. Es un lugar donde puedes cambiar la arena de la playa por un museo en cuestión de minutos o pasar de un paseo marítimo a un bar acogedor sin apenas esfuerzo.
A pesar de tener tanto que ofrecer, Santander mantiene un ambiente tranquilo, sin aglomeraciones ni estrés. Su tamaño compacto la convierte en un destino perfecto para recorrerla a pie o en bicicleta, permitiéndote disfrutar de sus rincones más emblemáticos sin prisas. Las playas, como El Sardinero, están a un paso del centro, y las zonas culturales se integran de manera natural en el día a día de la ciudad.
Santander es conocida por su bahía, la única natural del norte de España, que no solo es una de las más bonitas del mundo, sino también un espacio que transmite calma. Mirarla es casi terapéutico, y muchos locales afirman que el sonido de sus aguas les ayuda a relajarse.
Con una oferta que mezcla lo mejor de la naturaleza, la cultura y la gastronomía, explorar Santander es un placer sin complicaciones. Tanto si vienes por un día como si decides quedarte más tiempo, aquí no perderás ni un segundo en desplazamientos y ganarás muchos momentos para recordar.
5. Conexión con el mar Cantábrico
La ciudad de Santander tiene una relación única con el mar Cantábrico, y eso se nota en cada esquina. Aquí, el mar no es solo un paisaje, es parte del alma de la ciudad. ¿Te imaginas empezar el día cruzando la bahía en una pequeña barca? Es una de las experiencias más auténticas que puedes vivir. No solo disfrutarás de unas vistas de postal, sino que sentirás esa conexión especial que los santanderinos tienen con el agua.
El puerto pesquero es otro lugar donde el mar cobra vida. Entre redes, barcas y el aroma del pescado fresco, puedes observar el ir y venir de los pescadores. Y si te animas, prueba el pescado del día en uno de los bares cercanos. Es como saborear el Cantábrico en cada bocado.
¿Sabías que Santander celebra la Virgen del Carmen con una procesión marítima? Las embarcaciones engalanadas navegan en honor a los marineros, creando un espectáculo tan emotivo como único.
Santander y el Cantábrico son inseparables. Ven y descubre cómo esta ciudad vive, respira y se inspira gracias al mar. Te aseguramos que volverás a casa con el sonido de las olas grabado en la memoria.


Qué ver en Santander en un día
¿Un solo día para explorar y disfrutar? ¡Más que suficiente para vivir una experiencia inolvidable! Si buscas qué ver en Santander en un día, prepárate para descubrir una ciudad que combina naturaleza, cultura y sabor en cada rincón.
Empieza el día con una caminata junto al agua, donde las vistas te dejarán sin palabras. No importa si eres amante del arte, la arquitectura o simplemente de un buen paseo: aquí encontrarás algo que te fascine.
La jornada no estaría completa sin probar la cocina local. Los sabores del norte se sienten en cada bocado, ya sea en un pequeño bar acogedor o en un mercado lleno de vida. Disfrutar de un buen plato mientras te mezclas con los locales es una experiencia que no puedes dejar pasar.
Con solo un día, puedes vivir una experiencia intensa y variada. Esta ciudad tiene esa capacidad de dejarte con ganas de más, mostrándote que en poco tiempo se pueden crear recuerdos para toda la vida. ¡Seguro querrás volver para seguir descubriendo!
1. Playa de El Sardinero
Si lo tuyo son las playas, no puedes perderte un rincón que es todo un icono. Amplias arenas doradas, aguas cristalinas y un ambiente que combina relax y energía en partes iguales. Este lugar tiene el encanto que te hace querer quedarte horas, ya sea tomando el sol, practicando deportes acuáticos o simplemente paseando mientras la brisa marina acaricia tu cara.
Lo mejor es que no importa si prefieres tranquilidad o movimiento, porque este lugar tiene para todos los gustos. Por un lado, la zona más amplia es ideal para encontrar tu espacio y relajarte a gusto. Por otro, las áreas más pequeñas ofrecen un ambiente más íntimo, perfecto para desconectar.
¿Sabías que durante el verano este lugar se transforma? Desde actividades para toda la familia hasta chiringuitos llenos de vida donde disfrutar de un refresco, aquí siempre hay algo pasando. Incluso fuera de temporada, su encanto sigue intacto, con paisajes que piden a gritos ser fotografiados.
Si estás planeando qué ver en Santander en un día, incluir esta playa es una decisión acertada. No solo es un lugar para disfrutar del mar, sino también para vivir el espíritu de la ciudad en su máxima expresión. ¡No te olvides de llevar la cámara y muchas ganas de disfrutar!
2. Palacio de la Magdalena
3. Jardines de Pereda
Los Jardines de Pereda son ese oasis en mitad de la ciudad donde el tiempo parece detenerse. Perfecto si no sabes qué ver en Santander ciudad y te quieres abstraer del bullicio. Estos jardines están situados junto al puerto, este rincón verde combina naturaleza, historia y vistas espectaculares a la bahía. Aquí, cada detalle invita a la calma: desde los senderos rodeados de árboles centenarios hasta las fuentes que añaden un toque de serenidad al ambiente.
Pero no solo son un lugar para relajarse. Los jardines también están repletos de estatuas y monumentos que cuentan historias del pasado de la ciudad. Uno de los más destacados es el homenaje a José María de Pereda, un escritor cántabro que supo retratar como nadie la esencia de esta tierra.
Lo mejor es que están perfectamente ubicados. A pocos pasos puedes admirar algunos de los edificios más emblemáticos, como el Banco de España o el icónico hotel que guarda la esencia de épocas pasadas.
¿Sabías que estos jardines se ampliaron para integrar el Centro Botín, uno de los espacios culturales más importantes de la ciudad? Así, tradición y modernidad se dan la mano en este lugar.


4. Faro de Cabo Mayor
Este icono de Santander, situado sobre un impresionante acantilado, combina historia, naturaleza y unas vistas que quitan el aliento.
Desde el mirador del faro, el paisaje parece salido de una postal: el azul profundo del mar, el horizonte infinito y la fuerza de las olas rompiendo contra las rocas. En días despejados, la vista se extiende hasta los Picos de Europa, regalándote un espectáculo natural digno de una película. Además, este entorno no solo es ideal para las fotos; también invita a la calma y a disfrutar del viento fresco que sopla desde el océano.
¿Sabías que el faro, construido en 1839, no solo guiaba a los barcos? También ha sido testigo de leyendas marineras y de la vida en una ciudad que siempre ha mirado al mar. Ahora alberga un pequeño centro de arte que, aunque discreto, sorprende por su encanto.
Es uno de esos lugares qué ver en Santander gratis que no te puedes perder. Este faro y su entorno son un regalo que no exige nada más que tiempo y ganas de disfrutar.
¿Qué ver en Santander de noche?
Santander de noche es otro rollo. Cuando el sol se esconde, la ciudad saca su lado más espectacular. ¿Por dónde empezar? Fácil: el Paseo de Pereda. Bajo las luces, con la bahía al fondo, este lugar te envuelve en un ambiente relajado y perfecto para una caminata nocturna. Eso sí, prepárate para querer pararte cada dos minutos a sacar fotos.
El Sardinero nunca decepciona. Aquí puedes tomar algo en las terrazas frente al mar mientras escuchas el murmullo de las olas. Si quieres, pide una sidra o un cóctel (o ambos, no juzgamos) y deja que la noche fluya.
¿Fan del arte y la arquitectura? El Centro Botín es tu sitio. Por la noche, parece un ovni elegante que flota sobre el agua. Súbete a su terraza para disfrutar de las vistas iluminadas de la bahía.
Y si buscas más movimiento, el Barrio de Cañadío es el epicentro de la diversión. Bares, música y buen rollo por doquier. Aquí el plan es sencillo: entra, pide, ríe y repite.
¿La mejor parte? Santander siempre tiene algo para sorprenderte de noche. ¡Atrévete a descubrirlo!

Mejores lugares para comer en la playa de Santander
Comer en la playa en Santander es un placer para los sentidos. Imagina el sonido de las olas, la brisa del Cantábrico y un buen plato en la mesa. ¿Hay algo mejor? Aquí van los mejores lugares para disfrutar de una comida deliciosa con vistas al mar.
Si estás por la famosa Playa del Sardinero, no te puedes perder los restaurantes que ofrecen pescado fresco y marisco que prácticamente ha saltado del mar a tu plato. Uno de los favoritos es ese sitio donde las rabas, tan crujientes como un día de verano, te harán volver. Acompáñalas con un vermú y tendrás la combinación perfecta.
Para los que buscan algo más informal pero igual de sabroso, los chiringuitos en la zona son el lugar ideal. Piensa en unas sardinas a la parrilla, pan tostado y una caña bien fría mientras tus pies aún tienen arena. ¿Un lujo? Totalmente, pero accesible.
Y si prefieres algo más elegante, los restaurantes con terraza sobre la bahía son para ti. ¿Un arroz con bogavante con el atardecer reflejado en el agua? Eso es Santander en estado puro. Además, la calidad de los vinos locales es un punto extra para acompañar cualquier plato.
¿Vegano o amante de las opciones más saludables? Tranquilo, también hay lugares en la playa donde disfrutar de ensaladas creativas, bowls de frutas y smoothies que saben a verano.

Qué ver en Santander y alrededores
- Picos de Europa (Fuente Dé): A poco más de una hora y media de Santander, los Picos de Europa son una parada inolvidable para los amantes de la naturaleza y las montañas. En Fuente Dé, un teleférico te lleva a más de 1.800 metros de altitud en pocos minutos. Desde arriba, las vistas son alucinantes: un mar de montañas y valles verdes que parecen no tener fin. Es perfecto para hacer senderismo o simplemente disfrutar del paisaje.
- Parque Natural de las Dunas de Liencres: A solo 20 minutos de Santander, este parque natural es un auténtico paraíso para los amantes de la playa y la naturaleza. Las dunas, las playas salvajes y el contraste con los verdes pinares crean un paisaje espectacular. Es un lugar perfecto para pasear, relajarse o incluso practicar surf en sus aguas. Las playas de Valdearenas y Canallave son las más destacadas, ideales para desconectar rodeado de belleza natural.
- Comillas: Este encantador pueblo, a unos 50 minutos de Santander, mezcla historia, arquitectura y playas preciosas. Es famoso por El Capricho de Gaudí, una de las pocas obras del arquitecto fuera de Cataluña. Pasea por sus calles empedradas, visita el Palacio de Sobrellano o simplemente disfruta de su ambiente costero y tranquilo. La playa de Comillas, con su arena dorada, es el complemento perfecto para una visita cultural.
