Descubre la historia y el encanto de Estrasburgo en cada rincón de la ciudad.
Qué ver en Estrasburgo
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Cosas que ver en Estrasburgo
Estrasburgo es un destino que cautiva desde el primer momento. Recorrer sus calles es adentrarse en una ciudad donde la historia, la cultura y la arquitectura se fusionan en un escenario único. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad, refleja siglos de influencias francesas y alemanas que han dado forma a su identidad.
Si alguna vez te has preguntado qué ver en Estrasburgo, la respuesta no es sencilla. Esta ciudad, sede del Parlamento Europeo, combina la majestuosidad de su Catedral de Notre-Dame, con barrios llenos de encanto como La Petite France, donde los canales y las casas de entramado de madera crean una estampa inolvidable. En cada rincón hay detalles que sorprenden, desde edificios históricos hasta plazas animadas con mercados y cafés.
Estrasburgo es vibrante y acogedora a la vez. Sus canales, sus puentes y sus callejuelas adoquinadas siguen transmitiendo la esencia de una ciudad donde el pasado y el presente conviven en armonía. Aquí, la historia no solo se observa, sino que se siente en cada paseo y cada vista panorámica desde lo alto de su catedral.
En este blog, te llevaremos a conocer sus espacios más emblemáticos. Desde monumentos imprescindibles hasta rincones llenos de encanto que hacen de Estrasburgo un destino único. Prepárate para descubrir una ciudad que combina tradición y modernidad de una manera excepcional.


Lugares que ver en Estrasburgo
Estrasburgo es una ciudad donde la historia y la cultura se entrelazan en cada calle. Sus monumentos reflejan siglos de influencias arquitectónicas y políticas, convirtiéndola en un destino lleno de contrastes. Pasear por su casco antiguo es sumergirse en una ciudad que ha sido testigo de la evolución de Europa, desde la época medieval hasta la actualidad.
Explorar Estrasburgo es maravillarse con cada detalle. Desde su imponente Catedral de Notre-Dame, con su impresionante torre gótica, hasta los barrios llenos de encanto como La Petite France, donde los canales y las casas de entramado de madera crean una estampa inolvidable. Sus puentes, plazas y edificios históricos cuentan la historia de una ciudad que ha sabido conservar su esencia sin perder su dinamismo.
Con tantas maravillas por descubrir, decidir por dónde empezar puede ser un reto. Algunos monumentos son símbolos indiscutibles de la ciudad, mientras que otros, menos conocidos, esconden detalles que revelan la riqueza cultural de Estrasburgo. Desde edificios históricos hasta espacios emblemáticos de la vida local, cada lugar tiene su propia historia y atractivo.
Si quieres conocer realmente la esencia de la ciudad, es imprescindible recorrer los lugares más icónicos que ver en Estrasburgo. En este recorrido, exploraremos los monumentos más representativos, aquellos que muestran la belleza y el carácter único de esta ciudad alsaciana.
1. Catedral de Notre-Dame de Estrasburgo
La Catedral de Notre-Dame de Estrasburgo es el símbolo indiscutible de la ciudad. Construida entre los siglos XII y XV, esta majestuosa obra del gótico destaca por su imponente torre de 142 metros, una de las más altas de Europa. Su fachada, llena de esculturas detalladas, impresiona a cualquier visitante.
Al entrar, la belleza del interior es sobrecogedora. Sus vidrieras medievales filtran la luz, creando un juego de colores único. Uno de sus mayores atractivos es el Reloj Astronómico, una obra maestra de la ingeniería del siglo XVI que cada día, a las 12:30, ofrece un espectáculo de figuras en movimiento.
Subir a la plataforma panorámica es una experiencia imprescindible. Desde allí, las vistas de Estrasburgo y sus alrededores son inigualables. En días despejados, incluso se pueden ver los Vosgos y la Selva Negra.
La catedral es un testimonio vivo de la historia de la ciudad. Ha sido testigo de conflictos, restauraciones y transformaciones, pero siempre ha conservado su esencia. Hoy sigue siendo un lugar de culto y un punto de referencia para quienes visitan Estrasburgo.

2. La Petite France
El barrio de La Petite France es uno de los rincones más pintorescos de Estrasburgo. Sus calles adoquinadas, casas de entramado de madera y canales crean una atmósfera única, ideal para pasear sin prisas.
Antiguamente, este barrio era el hogar de pescadores, curtidores y molineros. Hoy, sus antiguas edificaciones restauradas albergan restaurantes, tiendas y hoteles con un encanto especial. Cada esquina parece sacada de un cuento, con balcones floridos y fachadas coloridas reflejadas en el agua.
Uno de los puntos más destacados es el Puente Cubierto, desde donde se obtienen vistas espectaculares del barrio y las Torres de Estrasburgo. Además, la Maison des Tanneurs, una antigua curtiduría convertida en restaurante, es un ejemplo perfecto de la arquitectura local.
La Petite France es el lugar ideal para descubrir el alma de Estrasburgo. Su ambiente tranquilo y su belleza lo convierten en una de las visitas más recomendadas para quienes desean disfrutar del lado más auténtico y fotogénico de la ciudad.

Estrasburgo es una ciudad única. Tiene la grandeza de una capital y el encanto de una aldea.
Victor Hugo
3. El Parlamento Europeo
Estrasburgo es una de las sedes oficiales de la Unión Europea, y su Parlamento Europeo es un símbolo de la democracia en el continente. Este moderno edificio, con su estructura de vidrio y acero, refleja los valores de transparencia y unión de Europa.
Los visitantes pueden recorrer su interior y asistir a sesiones plenarias desde la tribuna pública. También hay exposiciones interactivas que explican el funcionamiento de la institución y su impacto en la vida de los ciudadanos europeos.
Uno de los espacios más impresionantes es el hemiciclo, donde se celebran los debates y votaciones más importantes. Su diseño semicircular y su capacidad para más de 750 eurodiputados lo convierten en uno de los parlamentos más grandes del mundo.
El Parlamento Europeo no solo es un centro político, sino también un punto de encuentro cultural. A su alrededor, el barrio europeo cuenta con jardines, esculturas y otros edificios de importancia, como el Consejo de Europa y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Visitarlo es una oportunidad única para entender cómo se toman decisiones clave para el futuro de Europa y su influencia en la vida cotidiana.

4. Palacio Rohan
El Palacio Rohan es una de las joyas arquitectónicas de Estrasburgo. Construido en el siglo XVIII, este elegante edificio de estilo clásico ha sido residencia de príncipes-obispos y lugar de alojamiento de figuras como Napoleón y María Antonieta.
Actualmente, el palacio alberga tres museos importantes: el Museo de Bellas Artes, con obras de artistas como Rubens y Goya; el Museo de Artes Decorativas, que muestra la opulencia de las estancias originales; y el Museo Arqueológico, con colecciones que recorren la historia de Alsacia desde la prehistoria.
Uno de los puntos más impresionantes es la gran escalera de mármol, que conduce a salones ricamente decorados con tapices, candelabros y mobiliario de época. Su fachada, con vistas al río Ill, añade aún más belleza al conjunto.
El Palacio Rohan es una visita obligada para quienes desean conocer el lado más aristocrático de Estrasburgo. Su combinación de arte, historia y arquitectura lo convierte en un espacio imprescindible dentro del casco histórico de la ciudad.
5. Puente Cubierto
Los Puentes Cubiertos y las Torres de Estrasburgo son parte del legado medieval de la ciudad. Construidos en el siglo XIII, estos puentes servían como defensa contra invasiones, protegiendo el acceso al centro de Estrasburgo.
Aunque ya no están techados, los puentes conservan su estructura original y siguen siendo uno de los lugares más fotografiados de la ciudad. Las cuatro torres de piedra que los flanquean fueron parte de la muralla defensiva y aún hoy reflejan la importancia estratégica de Estrasburgo en el pasado.
Desde estos puentes se obtienen algunas de las mejores vistas de La Petite France, con sus casas de madera reflejadas en el agua. Además, al cruzarlos se llega al Barrage Vauban, una fortificación del siglo XVII desde cuya terraza panorámica se puede admirar toda la ciudad.
Este conjunto arquitectónico es una de las postales más emblemáticas de Estrasburgo. Su historia, su belleza y su ubicación privilegiada hacen que sea una parada imprescindible para cualquier visitante que quiera conocer el pasado medieval de la ciudad.

Qué ver en Estrasburgo en Navidad
Estrasburgo es conocida como la «Capital de la Navidad», y visitarla en diciembre es una experiencia mágica. Sus calles iluminadas, mercados tradicionales y ambiente festivo hacen que la ciudad brille con un encanto especial durante estas fechas.
El Mercado de Navidad de Estrasburgo, el más antiguo de Francia, es una parada obligatoria. Situado en la Place Kléber, alberga un gigantesco árbol de Navidad rodeado de casetas donde se pueden encontrar productos artesanales, adornos y delicias locales como el vin chaud (vino caliente) y las bredele, galletas típicas de Alsacia.
Pasear por el casco histórico es un espectáculo en sí mismo. La Catedral de Notre-Dame se ilumina con decoraciones festivas, y las casas con entramado de madera del barrio La Petite France crean una postal navideña perfecta. Las luces y guirnaldas adornan cada rincón, convirtiendo cada paseo en una experiencia inolvidable.
Otra visita imprescindible es el mercado de la Place Broglie, donde se pueden descubrir productos típicos de la región y disfrutar del espíritu navideño en un ambiente acogedor.
Si te preguntas qué ver en Estrasburgo en Navidad, la ciudad ofrece una combinación única de historia, tradición y magia que la convierten en uno de los destinos más especiales de Europa en estas fechas.

Qué ver en Estrasburgo y alrededores
Estrasburgo es una ciudad con un patrimonio impresionante, pero sus alrededores también esconden rincones llenos de encanto. Desde pueblos medievales hasta paisajes naturales, la región de Alsacia ofrece innumerables lugares que merecen una visita.
En la ciudad, la Catedral de Notre-Dame es el monumento más emblemático. Su torre gótica y su reloj astronómico la convierten en una joya arquitectónica. Muy cerca, el barrio de La Petite France, con sus casas de entramado de madera y canales, es uno de los lugares más pintorescos de Estrasburgo. También destacan el Palacio Rohan, que alberga varios museos, y el Parlamento Europeo, símbolo de la unión del continente.
A poca distancia, los alrededores de Estrasburgo ofrecen maravillas como Colmar, una ciudad de cuento con canales y calles llenas de color. También es recomendable visitar Obernai, un encantador pueblo alsaciano con murallas medievales, y la famosa Ruta del Vino, que recorre viñedos y bodegas donde se pueden degustar los mejores vinos de la región.
Si te preguntas qué ver en Estrasburgo y alrededores, la combinación de historia, arquitectura y paisajes hace de esta región un destino único. Cada visita revela nuevos rincones llenos de magia y tradición.
