Una semana en Grecia puede parecer poco… hasta que te das cuenta de todo lo que puedes vivir en esos días. Si te preguntas qué ver en Grecia en una semana, lo mejor es combinar historia, mar, cultura y buena comida sin correr, pero sin dejarse nada.
Empieza por lo esencial: Atenas y su Acrópolis, el lugar perfecto para sumergirte en la grandeza de la antigua Grecia. Pasea por el barrio de Plaka, visita el Museo de la Acrópolis y contempla la ciudad desde el monte Licabeto al atardecer. Si te apetece más historia, Delfos u Olimpia son buenas excursiones para conocer templos, ruinas y paisajes que cuentan siglos de historia en cada rincón.
Después, toca cambiar de ritmo. Santorini, Creta o Mykonos son opciones ideales para los días de sol y mar. Entre playas tranquilas, callejones blancos y vistas de infarto, las islas griegas te permiten desconectar sin dejar de descubrir. Y si quieres algo menos turístico, hay decenas de islas más pequeñas con encanto propio.
La gastronomía será tu mejor aliada durante todo el viaje. Cada comida es una excusa para probar algo nuevo: un buen plato de moussaka, pescado fresco a la parrilla, una copa de vino local o un postre con miel que te deja con ganas de más. Comer en una taberna junto al mar o en una plaza con músicos callejeros hace que el sabor se multiplique.
Grecia en una semana es intensidad bien medida: lo suficiente para quedarte con lo mejor, y justo lo necesario para querer volver. Porque aquí, cada lugar tiene algo que contar… y cada viaje se queda grabado.