Qué ver en Marsa Alam
Actividades destacadas

Paseo en barco por Sataya Reef + Snorkel con delfines
Un chapuzón, delfines juguetones… y una sonrisa asegurada.

Paseo en barco egipcio por el Mar Rojo
Relájate, saborea un té, y deja que el mar cuente.

Tour en 4x4 + Paseo en camello + Cena con espectáculo en el desierto
De safari por las dunas a cena bajo las estrellas.

Bautismo de buceo y snorkel en el Mar Rojo
Primera vez bajo el mar: nervios, magia, y muchos “wow”.

Paseo en barco con visión submarina por el Mar Rojo
Vida marina sin mojarse: niños y curiosos, ¡bienvenidos!

Snorkel en Sharm El Luli y Wadi El Qulaan
Dos paraísos, una máscara y un mundo por descubrir.
Cosas que ver en Marsa Alam
En la costa sur del Mar Rojo, Marsa Alam es mucho más que un destino de playa. Aquí, el tiempo parece ir a otro ritmo, y el horizonte infinito se convierte en el telón de fondo perfecto para quienes buscan una escapada diferente. Desde el amanecer hasta el anochecer, esta joya egipcia ofrece planes relajados, momentos únicos y paisajes que sorprenden por su belleza natural.
Entre las cosas que ver en Marsa Alam, destacan las experiencias al aire libre: amaneceres silenciosos frente al mar, noches estrelladas como pocas, y encuentros con la cultura local que aún conserva un aire tradicional. Los días pasan entre baños de sol, actividades tranquilas y esa sensación de haber encontrado un pequeño secreto aún no descubierto por el turismo masivo.
¿Te apetece desconectar y reconectar al mismo tiempo? Entonces este rincón es para ti. Ya sea para leer frente al mar, caminar por paisajes desérticos o simplemente dejar que el viento te despeine, Marsa Alam es un lugar donde el ritmo cambia. Porque a veces, viajar no es ver más, sino sentir diferente. Una experiencia auténtica que se queda contigo más allá del regreso.


Lugares que ver en Marsa Alam
Marsa Alam es un destino perfecto para aquellos que buscan relajarse y desconectar. En sus alrededores, se pueden encontrar paisajes naturales que combinan desierto y mar. Es un lugar ideal para disfrutar de la tranquilidad, con aguas cristalinas perfectas para quienes disfrutan del snorkel y la vida marina.
La región ofrece diversas opciones para los que quieren explorar su entorno, ya sea dando un paseo por la costa o adentrándose un poco en el desierto. Sin grandes multitudes, es fácil disfrutar de momentos de paz y observar la naturaleza en su estado más puro.
Aunque los días son cálidos, por la tarde el clima se vuelve más agradable, lo que hace que el atardecer sea un buen momento para pasear o simplemente relajarse junto al mar. La oferta es simple, pero perfecta para los que buscan descanso y un contacto más cercano con el entorno natural.
Si te gusta el mar, el sol y la tranquilidad, Marsa Alam es un lugar que no te decepcionará. Aquí, puedes disfrutar de la belleza sin las aglomeraciones de otros destinos más turísticos.
1. Parque Nacional Wadi el Gemal
Una escapada a Marsa Alam no está completa sin adentrarse en este sorprendente parque natural. Lejos del bullicio de la costa, Wadi el Gemal se extiende entre el desierto y el mar, combinando montañas, dunas y una costa intacta. Aquí no solo se viene a desconectar, también a descubrir una zona rica en vida salvaje, con gacelas, camellos salvajes y hasta zorros del desierto.
El parque ofrece senderos sencillos para caminar, paisajes áridos que parecen de otro planeta y playas donde apenas hay nadie. Es ideal para quienes buscan algo más que sol y playa. Y si lo visitas con guía local, conocerás también las tradiciones de las tribus beduinas que aún habitan esta región.
¿Buscas algo diferente en tu viaje? Este parque es uno de esos lugares que no todo el mundo visita, pero que deja huella. La sensación de estar lejos de todo es real.
Explorar Wadi el Gemal es conectar con otra cara de Egipto, donde el silencio y la naturaleza mandan. Un plan perfecto para quienes quieren salirse un poco del guión habitual.

2. Piscina natural Al Nayzak
La piscina natural Al Nayzak es uno de esos lugares mágicos que parece sacado de un cuento. Situada en medio de un paisaje desértico, este pequeño oasis tiene un encanto único que atrae a los viajeros que buscan algo diferente. Lo que hace especial a Al Nayzak es la combinación de agua cristalina rodeada de formaciones rocosas. Es un lugar ideal para nadar y relajarse en un entorno totalmente natural.
Al Nayzak está rodeada de un paisaje que varía entre el desierto árido y un entorno marino. La tranquilidad del lugar te permite disfrutar del sonido del agua y del viento, mientras te sumerges en sus aguas frescas. Esta piscina natural se ha convertido en un rincón muy popular para aquellos que buscan escapar de las multitudes y disfrutar de un contacto directo con la naturaleza.
Además, es un sitio perfecto para aquellos interesados en la fotografía de paisajes. El contraste entre el agua turquesa y el desierto dorado crea una paleta de colores increíblemente visual. No solo es un lugar para descansar, sino también una experiencia visual que te acompañará mucho después de haberlo visitado.

3. Playa Qulaan
Qulaan Beach es una de las playas más hermosas y vírgenes de la región, que se caracteriza por sus aguas transparentes y su tranquilidad. Ubicada a las afueras de Marsa Alam, es un lugar ideal para disfrutar de un día de sol sin las aglomeraciones de otras zonas más turísticas. Su acceso es sencillo y la playa se encuentra rodeada de formaciones rocosas que, además de aportar un toque natural al paisaje, crean un entorno perfecto para hacer snorkel.
Las aguas de Qulaan Beach son perfectas para nadar y relajarse. Si eres aficionado al snorkel, este es el lugar ideal para explorar los arrecifes de coral que se encuentran justo cerca de la orilla. El fondo marino rebosa vida, con peces de colores, tortugas y una gran variedad de especies marinas que hacen de cada inmersión una experiencia única. Además, la arena suave y dorada de la playa te invita a descansar y disfrutar del sonido del mar.
Si buscas un sitio tranquilo, alejado de las multitudes, Qulaan Beach es una opción perfecta para desconectar y disfrutar de la belleza natural de la región de Marsa Alam.

4. Sharm El Luli
Sharm El Luli es un paraíso escondido en Marsa Alam, conocido por sus aguas turquesas y su increíble biodiversidad marina. Esta playa, más tranquila que otras más conocidas, es el lugar ideal para quienes buscan un ambiente relajado y contacto directo con la naturaleza. A pesar de su popularidad entre los turistas que buscan escapar del bullicio, Sharm El Luli mantiene su autenticidad y ofrece una experiencia de paz y tranquilidad.
Las aguas de Sharm El Luli son perfectas para hacer snorkel, ya que los arrecifes de coral están llenos de vida. Es fácil encontrar una gran variedad de peces tropicales, rayas y otras especies marinas que habitan en este ecosistema protegido. Si te apetece relajarte, la playa cuenta con un entorno natural donde puedes descansar y disfrutar del sol mientras escuchas el suave murmullo del mar.
También un lugar ideal para los fotógrafos que buscan capturar la belleza de los paisajes marinos y desérticos. El contraste entre el agua azul y las dunas doradas crea una atmósfera mágica, perfecta para inmortalizar tu visita a este rincón de Marsa Alam.

5. Shaab Samadai
Imagínate en un arrecife en forma de media luna, rodeado de aguas azules y con la posibilidad de nadar junto a delfines salvajes. Eso es Shaab Samadai, uno de los puntos más especiales cerca de Marsa Alam para amantes del mar. Aunque no hay garantías, aquí se dan las condiciones perfectas para encuentros mágicos con estos animales en su entorno natural.
Además de los delfines, este lugar ofrece fondos marinos llenos de vida: corales, bancos de peces y tortugas. Se accede únicamente en barco, lo que añade un toque de aventura al día. El trayecto es agradable y la experiencia, si tienes suerte, inolvidable.
El lugar está regulado para proteger a los animales, así que no se puede bucear libremente cerca de los delfines, pero eso no le resta emoción. Al contrario, verlos nadar en libertad, sin trucos ni espectáculos, es una experiencia auténtica.
Shaab Samadai no es solo una excursión, es uno de esos momentos que se quedan contigo. Si buscas una experiencia de contacto real con la naturaleza, este es uno de los planes más especiales del Mar Rojo.

Qué ver en Marsa Alam en dos días
Dos días en Marsa Alam permiten descubrir más de lo que uno imagina. El primer día puede empezar en Tondoba Bay, donde el mar y los arrecifes ofrecen un snorkel tranquilo y colorido. Tras esa experiencia, la playa de Qulaan es perfecta para relajarse bajo las sombras naturales de los manglares. Es un lugar que invita al silencio, al descanso, a mirar sin prisa.
El segundo día comienza fuerte en la piscina natural de Al Nayzak, una formación rocosa que parece esculpida a mano. El agua entra con fuerza desde el mar, formando un remanso que sorprende por su forma y energía. Por la tarde, puedes llegar hasta Ankorab Beach, donde la costa se vuelve más salvaje. El acceso no es el más cómodo, pero la recompensa merece la pena.
Este pequeño recorrido por Marsa Alam deja una sensación de desconexión total. Aquí no hace falta correr. Cada rincón tiene su tiempo, su manera de vivirse. Ya sea flotando en aguas transparentes o caminando sobre la arena cálida, este lugar tiene un ritmo diferente. Naturaleza, paz, colores y mar… en solo dos días se entiende por qué muchos vuelven.

Qué ver en Marsa Alam y alrededores
Salir de Marsa Alam por unas horas es una gran idea si te apetece variar el plan de playa. Hacia el norte, El Quseir te recibe con calles tranquilas, barcos de pesca y ese ambiente costero que aún conserva su ritmo local. Pasear, tomar un té frente al mar o simplemente observar la vida pasar puede ser más interesante de lo que parece.
El interior también guarda sorpresas. El desierto oriental no es solo arena. Aquí el paisaje cambia constantemente: piedras oscuras, colinas suaves, caminos solitarios. Algunas rutas en 4×4 te llevan a campamentos beduinos donde el silencio se escucha de verdad. No hace falta hacer mucho, solo estar, mirar y dejarse llevar por el entorno.
Si te animas a ir más al sur, la zona de Hamata es perfecta para quienes buscan algo más remoto. Desde allí, es posible visitar pequeñas islas y hacer snorkel en arrecifes poco explorados. El agua es clara, la fauna marina se mueve sin miedo y tú solo tienes que flotar. Los alrededores de Marsa Alam son así: sin grandes monumentos, pero llenos de contrastes, calma y autenticidad. Un paisaje para mirar sin necesidad de filtros.
